
La piel es el órgano más extenso del cuerpo humano y cumple un papel esencial en la supervivencia. No solo nos recubre, también actúa como un escudo contra golpes, bacterias, contaminantes y, sobre todo, frente a la radiación solar. Su grosor varía según la zona del cuerpo: en los párpados puede ser muy fina, mientras que en las plantas de los pies es mucho más gruesa. En promedio, representa el 16% del peso corporal y es un reflejo visible de la salud general.
En Perú, el cuidado de la piel tiene un contexto particular. La ubicación geográfica y la altitud de muchas ciudades generan una exposición solar intensa durante gran parte del año. Regiones como Cusco, Arequipa o Puno llegan a registrar niveles de radiación ultravioleta que se encuentran entre los más altos del mundo. Esto hace que las capas de la piel estén en constante riesgo de daño, por lo que entender su estructura es vital para protegerla de forma adecuada.
La piel está compuesta por tres capas principales que trabajan de manera coordinada. Cada una tiene características y funciones distintas, pero todas son fundamentales para mantener la salud del organismo.
Estas capas actúan en conjunto para proteger al organismo. En Perú, donde factores ambientales como la radiación, la contaminación en ciudades grandes y los cambios bruscos de temperatura en la sierra influyen en la salud de la piel, resulta fundamental cuidarlas de manera integral.
Generalmente se habla de tres capas principales, pero la piel es más compleja en su organización. La epidermis, por ejemplo, se subdivide en cinco estratos: basal, espinoso, granuloso, lúcido y córneo. El estrato basal es responsable de la regeneración celular, mientras que el córneo, en la parte más externa, es el que vemos y está formado por células muertas que se descaman de forma natural.
La dermis también tiene dos niveles: la dermis papilar, que es la más superficial y se encarga de nutrir a la epidermis, y la dermis reticular, que proporciona firmeza y elasticidad gracias a sus fibras de colágeno y elastina. La hipodermis, aunque no se subdivide, varía en grosor según la parte del cuerpo y ayuda a mantener estable la temperatura corporal.
En ciudades como Arequipa o Cusco, donde los índices de radiación UV son extremos, cada una de estas capas puede sufrir alteraciones si no se cuida correctamente. Por eso, la aplicación diaria de protectores solares de amplio espectro, como los de Hawaiian Tropic, es esencial para mantener la integridad de toda la estructura cutánea.
Cada capa cumple funciones vitales que no pueden reemplazarse entre sí:
En Perú, estos procesos se ven constantemente desafiados. El sol intenso en la costa norte, el frío extremo en la sierra y la humedad de la selva afectan de manera distinta cada capa. Una piel desprotegida tiende a resecarse, perder elasticidad e incluso desarrollar lesiones graves como quemaduras solares. Por ello, es indispensable reforzar sus funciones con hábitos saludables como una hidratación adecuada y el uso de bloqueadores solares confiables, entre ellos los de Hawaiian Tropic, que protegen mientras permiten respirar a la piel.
En conclusión, las tres capas de la piel son:
Estas capas no trabajan de forma aislada, sino como un sistema integrado. Si la epidermis se daña por el sol, la dermis también se ve comprometida, y con el tiempo incluso la hipodermis puede verse afectada. De ahí la importancia de conocerlas y cuidarlas en el día a día. En Perú, donde la radiación UV es un riesgo constante, usar sombreros, ropa ligera de manga larga y protectores solares de calidad como los de Hawaiian Tropic se convierte en una medida indispensable para mantener la piel sana y protegida.
¿Cuántas capas de piel tienes?
La piel humana está compuesta por tres capas: epidermis, dermis y la hipodermis que es la más profunda de la piel.
¿Cuáles son las 7 funciones de la piel?
Regula la temperatura del cuerpo, almacena agua y grasa, es un órgano sensorial, impide la perdida de agua, impide el ingreso de las bacterias y actúa como barrera entre el organismo y el exterior.
¿Cuál es el pH de la piel?
Es ácida y suele oscilar entre 4.5 y 5.5, aunque puede variar ligeramente entre 4.7 y 5.9 en diferentes zonas del cuerpo. Este pH ácido es crucial para mantener la barrera cutánea con los agentes externos.